Hola,
Tengo que pedirte un enorme favor…
No tengo derecho a decírtelo, pero mi vida llevaba tiempo esperando tu llegada.
No tengo derecho a decirte que toda mi vida cabe en una frase y mis cosas en una maleta y sobraría espacio, pero que si te tuviera que resumir a ti, no encontraría palabras suficientes, tendría que inventarlas, tendría que soñarlas. Si te tuviera que guardar no cabrías en una maleta. Te tendría que llevar en un sueño, serías la estrofa sorpresa en mi canción favorita… te llevaría en el arte, sin parte ni trato y menos sin gana de no hacer el viaje contigo.
No tengo derecho a nada y aún así pido cosas, tengo cosas.
Sin derecho te tengo a ti. Con derecho y sin el, y mucho menos mereciéndomelo, arriesgando mi valentía y poniendo a prueba mi confianza te contaré un secreto. ¡Guárdamelo! Te lo diré con voz muy bajita, chillando un sentimiento… te quiero. Guárdalo entre susurros y algún que otro sueño. Sueña con él si quieres. Pasa toda una vida atada a ello si te place, pero te pido que no le digas a nadie mi secreto, no sea que por una cosa u otra te llegues a enterar de que estoy loco por ti. De que he pasado toda la vida buscando algo que me llenara y sin buscar nada me has encontrado.
No te lo quiero decir para que no pienses que mi locura es preocupante, por eso guárdame el secreto por favor. Lo que siento por ti es lo más valioso que tengo y no lo quiero perder. Y como soy muy despistado te lo entrego a ti. Entre el fino paño del idioma en la caja del papel y la tinta. Así las palabras no bailaran alegres baja un viento leve, ni serán arrastradas a la morada del olvido.
Te confieso mi secreto, para confesarme contigo. Sin decir nada lo quiero decir todo. Igual busco un imposible y puede que sea muy improbable que lo consiga, que lo logre.
Difícil tarea te encomiendo. Espero que algún día me lo perdones.
No sé si lo habrás disfrutado, yo al menos no puedo dejar de sonreír. No por la grandilocuencia y la efusividad de mis palabras, sino porque mientras daba rienda suelta a mi locura y dejé que la misma se apoderara de mis manos al escribir, no podía parar de sonreír porque a cada letra que he puesto me he acordado de ti.
En despedida te doy las gracias por ser tú quien guarde mi mayor secreto… TÚ.
Un beso y hasta pronto
No hay comentarios:
Publicar un comentario