Es tarde y aún sigues aquí conmigo, en mi memoria, en mis sueños. El dulce sabor de ti vive en mis labios todavía. Ese dulce néctar que descuidada me entregas en cada beso. La intensidad del todo reducida a un choque carnal, que se funde y coge forma en una infinidad de besos, que sin merecerlos todos me entregas uno tras otro. Infinidad de besos que te robo con la única intención egoísta de robar una parte de tu alma y que me acompañe en el recuerdo durante el tiempo suficiente hasta que te vuelva a ver y vuelva a robarte el primero del que espero sean muchos más. Desde el primero intentas dosificar la esencia de tu ser en un acto tan simple como es el darme un beso, pues bien, no lo hagas, soy tan egoísta y ambicioso que después del primero pediré un segundo, que acompañará un tercero y así hasta que se me pasen las ganas de ti, así hasta que el Sol se apague. Un beso, dos mil… me da lo mismo, los quiero todos. Sin despreciar ninguno por pequeño que sea, soñaré uno mayor. Y cuando deje de soñar pediré al cielo, a Dios, al Cosmos si hiciera falta, a quien sea que me mande más de esos besos que dándomelos en mis labios acaricias mi alma.
El primero es el más efusivo, tengo ganas de verte, pero el que realmente me gusta, por el que de verdad lucho y sueño es por el último. Ese apurado, ese despistado, ese que se da en el último momento para que dure para siempre.
lunes, 26 de diciembre de 2011
martes, 13 de diciembre de 2011
ES MOMENTO DE SER TONTO
Hola,
Es el principio más difícil que he escrito jamás… Es la primera vez que encabezo una carta con una despedida.
Se me hace difícil, llevamos mucho tiempo juntos. Eres quien mejor me conoce y yo creo adivinar casi todos tus secretos. Me has ayudado mucho, pero yo no puedo seguir así.
Cada día me duele un poquito más el seguir contigo. Me has dado tantos grandes momentos. Cada uno de mis triunfos lleva tu nombre y siempre, siempre, bien recalcado, siempre que he fracasado has sido tú quien me ha levantado y llevado al triunfo, pero yo ya no puedo, lo siento.
Eras prácticamente mi única y realmente, mi mejor, amiga. No tengo perdón por lo que te estoy haciendo al abandonarte en un rincón del olvido y no querer recordarte como la peor de mis pesadillas, pero no puedo…
No es fácil para mí. Me he visto obligado a tener que elegir y ha podido más un sueño que tú. Seré duro e injusto pero cada vez que me cruce contigo voy a ignorarte. Intentaré borrar cada rastro de ti en mí. Tu nombre será una incógnita y cada huella que dejes en mi ser y sobre todo en mi memoria será cuidadosamente borrada.
Igual me equivoco al dejarte, pero… eso sólo el tiempo lo dirá.
No quiero que mis palabras te causen más daño que el necesario. Espero que perdones mi cobardía por despedirme de ti de esta manera tan ruin y cobarde, pero siendo tú no puedo decirte adiós mirándote a los ojos… lo siento una vez más y más sinceramente.
Sólo quería despedirme de ti, aunque sea en la distancia, así podré recordarte con una sonrisa pintada en tu cara y no con una lágrima que rasga tu cara pero hace que el que sangre sea tu corazón.
Sin más rodeo te anuncio nuestra ruptura… ya no quiero seguir pensando.
Sintiéndolo mucho te abandono Razón, Inteligencia, Cordura… Ahora quiero adoptar en mi ser otro sentimiento y esta vez lo guardaré en un sitio mucho más grande puesto que es mucho más grande. Este sentimiento. Lo guardaré en mi pecho pero lo sentiré en todo mi ser.
Puedes decir que te he cambiado por el Amor, para nada, yo lo llamo… Ella.
Pero esto estaba sabido desde que nos conocimos. No quiero excusarme con tal afirmación. Sabías, tú quién mejor que nadie, que esto pasaría. Que un día aparecería ella y yo querría sentir más que pensar. No me guardes rencor por esta puñalada trapera, pero en cierto modo estoy cansado en que tú desde mi cabeza me digas lo que tengo que hacer, cuando está sabido que lo que mueve mis acciones es mi pecho.
Ella ocupará tu lugar ahí arriba, en mi cabeza, cada noche, porque cada noche soñaré con ella. Vivirá en todo mi ser y la llevaré siempre conmigo ahí, donde el hombre se distingue de todas las demás criaturas, donde yo creo que nacen los sentimientos, es ahí donde ella siempre estará conmigo y yo jamás volveré a sentirme solo.
Un beso, un hasta siempre y un gracias por todo este tiempo que me has hecho pensar, pero ahora, voy a sentir… ¡Cuidate!
Es el principio más difícil que he escrito jamás… Es la primera vez que encabezo una carta con una despedida.
Se me hace difícil, llevamos mucho tiempo juntos. Eres quien mejor me conoce y yo creo adivinar casi todos tus secretos. Me has ayudado mucho, pero yo no puedo seguir así.
Cada día me duele un poquito más el seguir contigo. Me has dado tantos grandes momentos. Cada uno de mis triunfos lleva tu nombre y siempre, siempre, bien recalcado, siempre que he fracasado has sido tú quien me ha levantado y llevado al triunfo, pero yo ya no puedo, lo siento.
Eras prácticamente mi única y realmente, mi mejor, amiga. No tengo perdón por lo que te estoy haciendo al abandonarte en un rincón del olvido y no querer recordarte como la peor de mis pesadillas, pero no puedo…
No es fácil para mí. Me he visto obligado a tener que elegir y ha podido más un sueño que tú. Seré duro e injusto pero cada vez que me cruce contigo voy a ignorarte. Intentaré borrar cada rastro de ti en mí. Tu nombre será una incógnita y cada huella que dejes en mi ser y sobre todo en mi memoria será cuidadosamente borrada.
Igual me equivoco al dejarte, pero… eso sólo el tiempo lo dirá.
No quiero que mis palabras te causen más daño que el necesario. Espero que perdones mi cobardía por despedirme de ti de esta manera tan ruin y cobarde, pero siendo tú no puedo decirte adiós mirándote a los ojos… lo siento una vez más y más sinceramente.
Sólo quería despedirme de ti, aunque sea en la distancia, así podré recordarte con una sonrisa pintada en tu cara y no con una lágrima que rasga tu cara pero hace que el que sangre sea tu corazón.
Sin más rodeo te anuncio nuestra ruptura… ya no quiero seguir pensando.
Sintiéndolo mucho te abandono Razón, Inteligencia, Cordura… Ahora quiero adoptar en mi ser otro sentimiento y esta vez lo guardaré en un sitio mucho más grande puesto que es mucho más grande. Este sentimiento. Lo guardaré en mi pecho pero lo sentiré en todo mi ser.
Puedes decir que te he cambiado por el Amor, para nada, yo lo llamo… Ella.
Pero esto estaba sabido desde que nos conocimos. No quiero excusarme con tal afirmación. Sabías, tú quién mejor que nadie, que esto pasaría. Que un día aparecería ella y yo querría sentir más que pensar. No me guardes rencor por esta puñalada trapera, pero en cierto modo estoy cansado en que tú desde mi cabeza me digas lo que tengo que hacer, cuando está sabido que lo que mueve mis acciones es mi pecho.
Ella ocupará tu lugar ahí arriba, en mi cabeza, cada noche, porque cada noche soñaré con ella. Vivirá en todo mi ser y la llevaré siempre conmigo ahí, donde el hombre se distingue de todas las demás criaturas, donde yo creo que nacen los sentimientos, es ahí donde ella siempre estará conmigo y yo jamás volveré a sentirme solo.
Un beso, un hasta siempre y un gracias por todo este tiempo que me has hecho pensar, pero ahora, voy a sentir… ¡Cuidate!
jueves, 24 de noviembre de 2011
Carta a los Reyes Magos
Queridas majestades,
Este año no me merezco nada. No me he portado mal, pero tampoco he hecho nada por ser bueno, he sido simplemente yo y yo no soy perfecto. Se me ha removido el alma al ver cuanta desgracia me rodea, pero si he tenido oportunidad de hacer el bien no la he visto y lo que creo que es aún peor… no la he querido saber mirar.
Podría mentir enumerando mis pocas virtudes. Podría mentir adornándolas y haciéndolas mucho más grandes de lo que son.
Aun con todo este año ha sido un gran año, me atrevería a decir que el mejor de mi vida. He sido tocado por la Fortuna, por la Gracia y … no sé por qué más pero este año he tenido una gran suerte. He encontrado el mejor de los tesoros, ese que reside dentro, dentro de las personas. He conocido a una chica que es todo lo que a mí me gustaría ser y que me trata como ni yo mismo lo he sabido a hacer.
Cada día con ella es una aventura y un regalo. Vivo cada instante como si fuera el último y procuro darla cada uno de mis pensamientos y hasta el último de mis besos.
En fin no quiero aburrir a sus atareadas majestades con mis más de mil detalles y formas de expresar que lejos de tocar la perfección ella es infinitamente para mí, perfecta.
Solo quisiera pedirles, de toda la lista que había planteado a principios de año un único regalo de todos los que se me habían ocurrido. Acudo a la bondad y sabiduría de sus majestades porque creo que estarán conmigo que ya aun no habiendo sido bueno tampoco he sido malo y por eso “pido” el que para mí es el mejor o al menos el más importante de todos los regalos… No quiero ni riquezas, ni salud, ni fantasías varias, tan solo que mi vida no vaya a mejor, lo que desde mi punto de vista también implica que no vaya a peor, tan sólo quiero que mi vida siga siendo como es, un caos, una imperfección, incluso podría decir que una locura o una duda constante, pero es mi vida y me gusta tal y como está.
Sonaré a loco y chiflado, lo sé y me da igual, para mi es importante que mi vida no cambie, que tan solo siga su curso y no quiero ser yo quien fomente su cambio, eso ha de hacerlo ella sola.
Sin más dilación acudo raudo a despedirme, sin intención de entretenerles más.
Un saludo y desde aquí les mando una parte de la felicidad que me acompaña cada mañana cuando abro los ojos y está ella ahí, cuando cada noche cierro los ojos ella, está ahí.
P.S.: Para mí solo pido una cosa, tampoco me siento merecedor de ella, pero ponga lo que ponga su lista ella ha sido buena o por lo menos lo ha intentado con todas sus ganas… ¡Me aguanta a mí…! Por eso imploro que igual no todo, pero espero que debajo de su árbol estén la gran mayoría de las cosas que ha pedido. ¡Se lo merece!
Este año no me merezco nada. No me he portado mal, pero tampoco he hecho nada por ser bueno, he sido simplemente yo y yo no soy perfecto. Se me ha removido el alma al ver cuanta desgracia me rodea, pero si he tenido oportunidad de hacer el bien no la he visto y lo que creo que es aún peor… no la he querido saber mirar.
Podría mentir enumerando mis pocas virtudes. Podría mentir adornándolas y haciéndolas mucho más grandes de lo que son.
Aun con todo este año ha sido un gran año, me atrevería a decir que el mejor de mi vida. He sido tocado por la Fortuna, por la Gracia y … no sé por qué más pero este año he tenido una gran suerte. He encontrado el mejor de los tesoros, ese que reside dentro, dentro de las personas. He conocido a una chica que es todo lo que a mí me gustaría ser y que me trata como ni yo mismo lo he sabido a hacer.
Cada día con ella es una aventura y un regalo. Vivo cada instante como si fuera el último y procuro darla cada uno de mis pensamientos y hasta el último de mis besos.
En fin no quiero aburrir a sus atareadas majestades con mis más de mil detalles y formas de expresar que lejos de tocar la perfección ella es infinitamente para mí, perfecta.
Solo quisiera pedirles, de toda la lista que había planteado a principios de año un único regalo de todos los que se me habían ocurrido. Acudo a la bondad y sabiduría de sus majestades porque creo que estarán conmigo que ya aun no habiendo sido bueno tampoco he sido malo y por eso “pido” el que para mí es el mejor o al menos el más importante de todos los regalos… No quiero ni riquezas, ni salud, ni fantasías varias, tan solo que mi vida no vaya a mejor, lo que desde mi punto de vista también implica que no vaya a peor, tan sólo quiero que mi vida siga siendo como es, un caos, una imperfección, incluso podría decir que una locura o una duda constante, pero es mi vida y me gusta tal y como está.
Sonaré a loco y chiflado, lo sé y me da igual, para mi es importante que mi vida no cambie, que tan solo siga su curso y no quiero ser yo quien fomente su cambio, eso ha de hacerlo ella sola.
Sin más dilación acudo raudo a despedirme, sin intención de entretenerles más.
Un saludo y desde aquí les mando una parte de la felicidad que me acompaña cada mañana cuando abro los ojos y está ella ahí, cuando cada noche cierro los ojos ella, está ahí.
P.S.: Para mí solo pido una cosa, tampoco me siento merecedor de ella, pero ponga lo que ponga su lista ella ha sido buena o por lo menos lo ha intentado con todas sus ganas… ¡Me aguanta a mí…! Por eso imploro que igual no todo, pero espero que debajo de su árbol estén la gran mayoría de las cosas que ha pedido. ¡Se lo merece!
lunes, 31 de octubre de 2011
SECRETO
Hola,
Tengo que pedirte un enorme favor…
No tengo derecho a decírtelo, pero mi vida llevaba tiempo esperando tu llegada.
No tengo derecho a decirte que toda mi vida cabe en una frase y mis cosas en una maleta y sobraría espacio, pero que si te tuviera que resumir a ti, no encontraría palabras suficientes, tendría que inventarlas, tendría que soñarlas. Si te tuviera que guardar no cabrías en una maleta. Te tendría que llevar en un sueño, serías la estrofa sorpresa en mi canción favorita… te llevaría en el arte, sin parte ni trato y menos sin gana de no hacer el viaje contigo.
No tengo derecho a nada y aún así pido cosas, tengo cosas.
Sin derecho te tengo a ti. Con derecho y sin el, y mucho menos mereciéndomelo, arriesgando mi valentía y poniendo a prueba mi confianza te contaré un secreto. ¡Guárdamelo! Te lo diré con voz muy bajita, chillando un sentimiento… te quiero. Guárdalo entre susurros y algún que otro sueño. Sueña con él si quieres. Pasa toda una vida atada a ello si te place, pero te pido que no le digas a nadie mi secreto, no sea que por una cosa u otra te llegues a enterar de que estoy loco por ti. De que he pasado toda la vida buscando algo que me llenara y sin buscar nada me has encontrado.
No te lo quiero decir para que no pienses que mi locura es preocupante, por eso guárdame el secreto por favor. Lo que siento por ti es lo más valioso que tengo y no lo quiero perder. Y como soy muy despistado te lo entrego a ti. Entre el fino paño del idioma en la caja del papel y la tinta. Así las palabras no bailaran alegres baja un viento leve, ni serán arrastradas a la morada del olvido.
Te confieso mi secreto, para confesarme contigo. Sin decir nada lo quiero decir todo. Igual busco un imposible y puede que sea muy improbable que lo consiga, que lo logre.
Difícil tarea te encomiendo. Espero que algún día me lo perdones.
No sé si lo habrás disfrutado, yo al menos no puedo dejar de sonreír. No por la grandilocuencia y la efusividad de mis palabras, sino porque mientras daba rienda suelta a mi locura y dejé que la misma se apoderara de mis manos al escribir, no podía parar de sonreír porque a cada letra que he puesto me he acordado de ti.
En despedida te doy las gracias por ser tú quien guarde mi mayor secreto… TÚ.
Un beso y hasta pronto
Tengo que pedirte un enorme favor…
No tengo derecho a decírtelo, pero mi vida llevaba tiempo esperando tu llegada.
No tengo derecho a decirte que toda mi vida cabe en una frase y mis cosas en una maleta y sobraría espacio, pero que si te tuviera que resumir a ti, no encontraría palabras suficientes, tendría que inventarlas, tendría que soñarlas. Si te tuviera que guardar no cabrías en una maleta. Te tendría que llevar en un sueño, serías la estrofa sorpresa en mi canción favorita… te llevaría en el arte, sin parte ni trato y menos sin gana de no hacer el viaje contigo.
No tengo derecho a nada y aún así pido cosas, tengo cosas.
Sin derecho te tengo a ti. Con derecho y sin el, y mucho menos mereciéndomelo, arriesgando mi valentía y poniendo a prueba mi confianza te contaré un secreto. ¡Guárdamelo! Te lo diré con voz muy bajita, chillando un sentimiento… te quiero. Guárdalo entre susurros y algún que otro sueño. Sueña con él si quieres. Pasa toda una vida atada a ello si te place, pero te pido que no le digas a nadie mi secreto, no sea que por una cosa u otra te llegues a enterar de que estoy loco por ti. De que he pasado toda la vida buscando algo que me llenara y sin buscar nada me has encontrado.
No te lo quiero decir para que no pienses que mi locura es preocupante, por eso guárdame el secreto por favor. Lo que siento por ti es lo más valioso que tengo y no lo quiero perder. Y como soy muy despistado te lo entrego a ti. Entre el fino paño del idioma en la caja del papel y la tinta. Así las palabras no bailaran alegres baja un viento leve, ni serán arrastradas a la morada del olvido.
Te confieso mi secreto, para confesarme contigo. Sin decir nada lo quiero decir todo. Igual busco un imposible y puede que sea muy improbable que lo consiga, que lo logre.
Difícil tarea te encomiendo. Espero que algún día me lo perdones.
No sé si lo habrás disfrutado, yo al menos no puedo dejar de sonreír. No por la grandilocuencia y la efusividad de mis palabras, sino porque mientras daba rienda suelta a mi locura y dejé que la misma se apoderara de mis manos al escribir, no podía parar de sonreír porque a cada letra que he puesto me he acordado de ti.
En despedida te doy las gracias por ser tú quien guarde mi mayor secreto… TÚ.
Un beso y hasta pronto
lunes, 26 de septiembre de 2011
martes, 20 de septiembre de 2011
El dulce sufrimiento de pensar
Dale a un hombre un lápiz y un papel y sabrá escribir. Entrégale un sueño, una ilusión y un papel y será escritor.
Todo aquello que se sienta y no se sepa escribir en una hoja, todo eso, será poesía. Todo aquello que se sienta y no se sepa por qué, será amor. Todo esto y más, será la vida misma. Uno puede elegir qué estudiar, qué comer o qué ser en la vida, pero lo que uno jamás podrá decidir es qué sentir. Cada sentimiento en la vida es un renglón en blanco que hay que llenar con las palabras del día a día. Cada sensación y cada momento son únicos y hay que tener la habilidad de guardarlos en la memoria para plasmarlos con esmero y minuciosidad en el libro del recuerdo.
El hombre no tiene memoria para almacenar conocimiento sino experiencia. Para en esas noches de soledad y frío acurrucarse al fuego de un bonito recuerdo y pasar como mejor se pueda el resto de noche. El hombre tiene la capacidad para sentir pero no siente. Siente, siente, siente y siente. Siente siempre, con motivo o sin motivo, porque sí o porque no, pero siente. Que en el momento en que sientas vas a sufrir y en el momento en que sufras, sentirás. Si siempre sientes y sientes siempre, vivirás.
Todo aquello que se sienta y no se sepa escribir en una hoja, todo eso, será poesía. Todo aquello que se sienta y no se sepa por qué, será amor. Todo esto y más, será la vida misma. Uno puede elegir qué estudiar, qué comer o qué ser en la vida, pero lo que uno jamás podrá decidir es qué sentir. Cada sentimiento en la vida es un renglón en blanco que hay que llenar con las palabras del día a día. Cada sensación y cada momento son únicos y hay que tener la habilidad de guardarlos en la memoria para plasmarlos con esmero y minuciosidad en el libro del recuerdo.
El hombre no tiene memoria para almacenar conocimiento sino experiencia. Para en esas noches de soledad y frío acurrucarse al fuego de un bonito recuerdo y pasar como mejor se pueda el resto de noche. El hombre tiene la capacidad para sentir pero no siente. Siente, siente, siente y siente. Siente siempre, con motivo o sin motivo, porque sí o porque no, pero siente. Que en el momento en que sientas vas a sufrir y en el momento en que sufras, sentirás. Si siempre sientes y sientes siempre, vivirás.
jueves, 15 de septiembre de 2011
Queriendo Soñarla
Nunca antes el sol había tenido mejor escondite que su piel. Suave hasta el extremo, infinita y llena de minúsculas imperfecciones que en mi cabeza rozan la perfección. Cada tramo de su piel, cada recoveco que mi cabeza imagina escondido en cada tramo de su cuerpo, se presenta como una incógnita y yo convierto en una obsesión. Deseo tocarla. Acariciar cada parte de su cuerpo intentando tocar su alma. Y llegar allí donde nace su pelo y acercarlo a mí. Olerlo despacio y recordarlo deprisa y para siempre. Enredarlo entre mis dedos y confesarme su prisionero. Quisiera mirarla despistado y soñarla queriendo. Perderme nadando en la profundidad de sus ojos y ahogarme, perderme, entregarme en ese sueño que es para mí su mirada. Cada vez que me mira me toca dentro. Cada vez que no me mira me muero. Y en este debate entre mi vida y mi muerte, por una mirada mi mente solo piensa una cosa… Ella. Quisiera que su sonrisa nunca tuviera dueño, pero que estuviera inspirada por todo mi esfuerzo por nunca verla triste. No merezco hacerla sonreír.
No merezco ni soñarla, ni tan si quiera mencionarla. Cada lágrima lleva mi nombre. Soy dueño de su malestar y su dolor lleva mi firma. La confundo, la agobio, la quiero...
No merezco ni soñarla, ni tan si quiera mencionarla. Cada lágrima lleva mi nombre. Soy dueño de su malestar y su dolor lleva mi firma. La confundo, la agobio, la quiero...
viernes, 9 de septiembre de 2011
GRANADA
Despierto y no sé dónde estoy. La luz es muy tibia, no me llega el calor del sol. Tardo en situar mi conciencia pero más tardo en situar mi cuerpo. He dormido en el banco de la estación de tren. Mi cuerpo se resiente y queja por el castigo obligatorio que le impuse para impedir que se aleje y forme parte del olvido.
Un poco más despierto miro el gran reloj que controla la vida entre andenes. ¡Ya es tarde! Que cruel es el destino que juega conmigo y me tortura. Sin preguntar si están listos mando a mis pies moverse. Quiero ir más rápido, pero no puedo, ¡ojalá pudiese volar...! De nada me sirve correr, ante mí se abre un mar. Un mar inmenso de gente, de llegadas, de despedidas. Mi ánimo es pisado por mis pies que ahora reposan tranquilos y sin entender nada.
Me arrastro hasta el andén con mi cuerpo fatigado por el esfuerzo y con mi ánimo roto. Pero, allí, sin yo esperármelo está ella. Mis ojos se levantan y mi ánimo toca el cielo. Tengo que decirselo. He de decirla que no se marche. Se lo pediré, se lo suplicare, incluso si fuera necesario se lo imploraré, pero por muchas ganas que tenga, jamás se lo exigiré.
Está delante de mí en silencio y preciosa como siempre. La tensión aumente, los dos sabemos el por qué de esa situación. Y es que detrás de todo hay una despedida. Suena un ruido estremecedor provocado por el titán de hierro que está en andén esperando salir y todo se llena de vapor. El ruido aumenta, la gente se altera y todo se vuelve confusión y prisa, pero yo, yo estoy para mi sorpresa muy tranquilo. Es ahora cuando debiera decirla que se quede, que quiero que se quede conmigo, pero no digo nada y entonces me declaro como cobarde. No hay palabras, tan solo nos seguimos mirando. Mi boca no se mueve pero mi alma por dentro está gritando y me queman los oidos, es un grito lastimoso que arde como fuego.
Me lanza la que sería su última mirada y se gira, dejándome atrás roto y en mil pedazos. A los tres pasos se gira y pronuncia un adiós. Sus labios dicen un adiós, sus ojos se entristecen porque es un para siempre. El dolor se hace conmigo y chillo. Chillo fuerte, chillo furioso y chillo para que todos me oigan. Chillo para decirla que no es un para siempre, que no sé cómo, pero que esto tan solo es un hasta luego. En ese momento ya no hay dolor, ya no hay pena, tan solo estamos ella y yo. Una lágrima acompañará su viaje y una promesa el mío.
Un poco más despierto miro el gran reloj que controla la vida entre andenes. ¡Ya es tarde! Que cruel es el destino que juega conmigo y me tortura. Sin preguntar si están listos mando a mis pies moverse. Quiero ir más rápido, pero no puedo, ¡ojalá pudiese volar...! De nada me sirve correr, ante mí se abre un mar. Un mar inmenso de gente, de llegadas, de despedidas. Mi ánimo es pisado por mis pies que ahora reposan tranquilos y sin entender nada.
Me arrastro hasta el andén con mi cuerpo fatigado por el esfuerzo y con mi ánimo roto. Pero, allí, sin yo esperármelo está ella. Mis ojos se levantan y mi ánimo toca el cielo. Tengo que decirselo. He de decirla que no se marche. Se lo pediré, se lo suplicare, incluso si fuera necesario se lo imploraré, pero por muchas ganas que tenga, jamás se lo exigiré.
Está delante de mí en silencio y preciosa como siempre. La tensión aumente, los dos sabemos el por qué de esa situación. Y es que detrás de todo hay una despedida. Suena un ruido estremecedor provocado por el titán de hierro que está en andén esperando salir y todo se llena de vapor. El ruido aumenta, la gente se altera y todo se vuelve confusión y prisa, pero yo, yo estoy para mi sorpresa muy tranquilo. Es ahora cuando debiera decirla que se quede, que quiero que se quede conmigo, pero no digo nada y entonces me declaro como cobarde. No hay palabras, tan solo nos seguimos mirando. Mi boca no se mueve pero mi alma por dentro está gritando y me queman los oidos, es un grito lastimoso que arde como fuego.
Me lanza la que sería su última mirada y se gira, dejándome atrás roto y en mil pedazos. A los tres pasos se gira y pronuncia un adiós. Sus labios dicen un adiós, sus ojos se entristecen porque es un para siempre. El dolor se hace conmigo y chillo. Chillo fuerte, chillo furioso y chillo para que todos me oigan. Chillo para decirla que no es un para siempre, que no sé cómo, pero que esto tan solo es un hasta luego. En ese momento ya no hay dolor, ya no hay pena, tan solo estamos ella y yo. Una lágrima acompañará su viaje y una promesa el mío.
jueves, 8 de septiembre de 2011
Jardín
Habia un hombre que tenia un jardin. En el tenia plantadas todas las clases de flores que habia. Habia rosas, jazmines, lirios... tenia todas las flores del mundo o eso era lo que el se pensaba. Cada dia iba hasta alli a regarlas, a cuidarlas, a cantarlas y mimarlas con todas sus ganas. Pero un dia vio que estaba naciendo en el borde de su jardin una flor que no habia visto, que no conocia. El buen hombre se inquieto pero dejo pasar el tiempo haber que sucedia. Pasaron los dias y la flor no salia. El tiempo pasaba y su impaciencia crecia. Queria saber que hermosura se escondia tras aquel tallo verde. Tanto deseaba ver que flor se escondia de el que empezo a descuidar poco a poco las demas flores y a centrase tan solo en esa. A los pocos dias el resto de las flores se habian marchitado y esa flor seguia sin salir. Tanto queria ver esa flor que no solo la cantaba, cuidaba y regaba, empezo a soñar con ella, a inventar palabras que susurrarla. Un buen dia cuando el hombre paciente menos se lo esperaba la flor se abrio. Todos los colores del mundo se encerraban en sus petalos. Todos los olores mas hermosos eran su perfume. Cada sonrisa y cada lagrima de alegria emanaban de aquella flor.
Esa es mi flor favorita, aquella por la que seria capaz de condenar a todas las demas por verla tan solo una vez. Esa es mi flor y tu eres mi persona favorita por la que dejo a todas las demas cuando hablo contigo para centrarme en ti
Esa es mi flor favorita, aquella por la que seria capaz de condenar a todas las demas por verla tan solo una vez. Esa es mi flor y tu eres mi persona favorita por la que dejo a todas las demas cuando hablo contigo para centrarme en ti
martes, 30 de agosto de 2011
Carta a un Sueño
Hola,
No sé si es la melancolía o más bien me veo arrastrado por el dolor de la soledad a escribir unas líneas que hablan no sé si de un recuerdo o un sueño jamás soñado. Lo cierto es que aquí estoy, clavado a una silla, atado a unas líneas aún por imaginar y condenado a la más estricta soledad.
Tú aún no me conoces, yo a ti tampoco, pero qué importa eso si ya te siento dentro de mí. Respiro tu esencia y al cerrar los ojos, cuando el más dulce de los sueños jamás fraguados por Morfeo se hace conmigo, moldeo tu cuerpo y lleno de curvas imposibles unas caderas que se veo mover siempre hacia la misma dirección, hacia mí.
¡Qué gran momento! Siempre me entrego entre los finos hilos de un sueño tejido en especial para mí. Nadie podrá jamás, nunca y por siempre, soñar algo siquiera parecido a lo que yo no sueño, vivo dormido, cada noche cuando te quiero ver. ¡Qué gran dolor! Cuando despierto y no te siento a mi lado. Me paso el día sobreviviendo gracias a tu recuerdo y yo creo que lo que me mantiene vivo es el tener la seguridad de que cuando caiga la noche y surja el sueño tú volverás, deseando estar conmigo y despidiendo mi día con una sonrisa para empezar mi noche con un beso.
Como ya te he dicho antes nunca jamás nos hemos visto, pero te conozco tan bien como si hubiéramos crecido juntos, porque lo sé todo de ti, eres como yo, siempre has estado sola. Como yo cada noche has soñado conmigo, para no sentir el frío de la soledad que te envuelve. Pero eso ahora ha cambiado, yo estoy aquí. Estoy para ti. Sueña y sueña, mantenme vivo en tu recuerdo hasta que el sueño no sea más que eso, un recuerdo y la realidad nos envuelva como ahora lo hace el sueño.
Atentamente para ti, por ser mi único sueño. Espero no tener que soñar muchas más veces contigo porque pueda sentir tu aliento chocar contra mi cuerpo.
viernes, 26 de agosto de 2011
Tu nombre
Rodeado de mil libros y una sensación que me empuja a seguir buscando, busqué incansable tan solo una palabra que susurrarte cada noche. Intento encerrar el calor del sol en una palabra sincera, fuerte y que reconforte. Una palabra que aún no existe y que sea hecha a tu medida. Una palabra que sea y diga más que las demás. Hay muchas palabras, muchos idiomas, muchas personas diciendo y escuchando, pero yo quiero encontrar algo especial. Tras un largo viaje académico, lingüístico y aventurero siento decirte que estoy ciego. Esa palabra especial, esa palabra que brilla, que hace que todo siga girando ya existe y yo no me había dado cuenta. La palabra más bonita, más sincera y más especial es tu nombre.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)